Con el objetivo de capacitar a los Equipos de Atención Primaria de la Comuna, el COSAM Central (centro comunitario en salud mental), dependiente de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Regional de Antofagasta desarrolló una Jornada denominada, «Comportamiento y Manejo del Niño Agresivo», dirigido a los equipos de la APS en el marco del Programa de Apoyo a la Salud Mental Infantil PASMI para niños entre 5 y 9 años con los cuales los COSAMS trabajan atendiendo las derivaciones con el fin de que puedan detectar diagnósticos diferenciales en niños con comportamiento agresivo.

La psicóloga Viviana Montenegro del área infanto-juvenil Cosam Central, explicó que el comportamiento agresivo presente en los niños desde edad temprana es una alerta para los padres para intervenir antes que las conductas se vuelvan incontrolables.

“La agresividad es normal en la primeras etapas de desarrollo como una forma de afianzar la autonomía. Los niños aprenden por imitación, por tanto el trabajo debe estar centrado con la familia con la escuela, se deben realizar acciones tendientes en relaciones basadas en el respeto y desde esa perspectiva las edades propicias para la intervención son desde los seis años en adelante cuando el niño ya ingresa a un contexto escolar donde se prueban las normas y límites de los padres fuera de casa, donde los niños pueden verse sujeto a otro tipo de influencia, cuestionándose los modelos familiares y se va afianzando la identidad y seguridad personal. Al llegar a la adolescencia, esto se vuelve crítico sobre los doce y 14 años ahí es donde más se despliegan están conductas y es necesario inmediatamente una intervención, para que no se desarrolle algo que pueda ser nefasto para la individualidad del niño”

Según la psicóloga, tendemos a celebrar las conductas agresivas de los niños, sin embargo esa inconsistencia como por ejemplo que le pegue al compañero de curso, al amigo del jardín por lograr un juguete o que se defienda en un partido de fútbol lo celebramos y en ese sentido cuando lo replica en la casa tratamos de coartarlo, entonces ahí al niño se le genera una inconsistencia, pero enfatiza que: “hay ciertos límites que no se deban pasar como gritos, insultos, o golpes debe ser motivo de intervención temprana, no esperar a que sea adolecente y ya será muy difícil revertir la conducta, porque se generan patrones de interacción y bajo esa perspectiva es más difícil modificar la conducta”, explica.

La profesional agregó que importante considerar que la agresión también puede ser síntoma de un trastorno emocional, de un trastorno neurológico, es muy importante evaluar con profesionales para ver si las conductas son reactivas, frente a un contexto adverso, “por ejemplo si un niño sufre de maltrato o de violencia es lógico que un niño sea agresivo o vienen por factores más personales que es necesario evaluar con un profesional y lograr que la actuación sea efectiva”.

El director Ricardo Salazar Cabrera, explicó que: “la importancia del trabajo de la Unidad de Psiquiatría del HRA radica en los esfuerzos para mejorar la comunicación dentro de la red asistencial entre el Hospital Regional y la APS con el único objetivo de brindar un servicio de calidad a nuestros usuarios”.

Las familias o personas que tengan un hijo con estas características o que sientan que necesitan ayuda integral para la familia, pueden acercarse a los Centros de Salud Comunitaria, quienes a través del Modelo de Atención Integral de Salud Familiar, evaluaran su caso, para ser derivados a algún centro comunitario de salud mental, en caso de necesitar tratamiento psicológico o psiquiátrico para mejorar la calidad de vida de todo el grupo familiar.