Logo de la página

Menú Principal
24 de septiembre de 2019

Escuela funciona en Hospital Regional “Dr. Leonardo Guzmán” de Antofagasta

  • El siguiente es el artículo publicado por Diario El Mercurio de Antofagasta sobre nuestra Aula Hospitalaria.

Fernanda Espinosa tiene 11 años y sufre una nefrocalcinosis congénita que afectó parte de su visión y otros órganos.

Su madre, Miryam González, relató que poco a poco, mientras estudiaba en un colegio regular, comenzó a perder la vista al punto de no distinguir las puertas de las salas a las que debía entrar. «Me daba cuenta que se iba desanimando para asistir a clases. Había veces que en la mañana estaba muy optimista y ya en la tarde, su ánimo se caía», recordó.

Pero desde 2017, Fernanda es parte de los 86 estudiantes del Aula Hospitalaria del Hospital Regional “Dr. Leonardo Guzmán” de Antofagasta. «Le ha hecho muy bien. Estoy agradecida con todo lo que las tías hacen, por la cercanía y apoyo que le dan, ya que no ha sido fácil», dijo.

La madre de la menor aseguró que desde que su hija asiste a este programa, mejoró su ánimo y también todo su proceso de aprendizaje.

«Lo que más me gusta es ir a clases, me gustan todas las materias y el ambiente que hay en el curso, donde todos son buenos. Aún me cuesta leer, pero lo voy haciendo mejor», dice la propia Fernanda.

AMBIENTE

Mantener un ambiente positivo y amigable para estimular a los niños y jóvenes del Aula Hospitalaria es uno de los desafíos para las profesoras a cargo del programa.

Más allá de las patologías que manifiestan los 86 estudiantes, ya sea a nivel sicológico como físico, es el ánimo el punto clave para transmitir los conocimientos. Las profesoras del aula, antes de desarrollar los contenidos, primero desarrollan apego y confianza.

Así lo expuso la directora del Aula Hospitalaria, Yoselin Cisternas Castillo, quien manifestó que uno de los objetivos más importantes del programa es hacer que los niños, una vez terminen su tratamiento o al menos así lo dispongan los médicos, se reintegren a una escuela regular.

«Antes de este programa, existía una gran cantidad de estudiantes desertores del sistema educacional regular debido a sus tratamientos, enfermedades o trastornos», expuso la directora.

Incluso en algunos casos fueron víctimas de bullying, lo que causó depresiones o fobias sociales en los niños, por lo que el trabajo emocional es fundamental en este programa. «Hay todo un trabajo para reencantarlos con el colegio. Somos escuelas de paso, así que la idea es lograr que los niños vuelvan al sistema regular», precisó Cisternas.

APOYO

Nataly Estay, profesora de biología, tecnología y orientación del Aula Hospitalaria, comentó que para que los niños aprendan, primero deben tener ganas de hacerlo, independiente de su diagnóstico.

«Acá trabajamos mucho el estado anímico y emocional de los estudiantes. Como se encuentran en una condición de enfermedad, física y sicológica, no siempre tienen el ánimo de tomar un cuaderno o un libro», sostuvo. Las evaluaciones, añadió, más allá del currículum a cumplir, son realizadas según las capacidades de los estudiantes.

Paula Otaiza Rivera es profesora de matemáticas de enseñanza básica y media. El grueso de su experiencia laboral se ha desarrollado en el Aula Hospitalaria.

Manifiesta que su profesión la insta a dar lo mejor que tiene, no obstante, la situación de algunos niños y sus enfermedades no siempre es una realidad fácil de asimilar.

«Para hacer bien este trabajo e impactar positivamente en los niños, lo primero que hay que hacer es ser empático. Aquí, me he enfrentado a ciertas situaciones por primera vez, a enfermedades terribles o a situaciones de solo cuidados paliativos y la verdad es que todo eso afecta. Es por ello que el apoyo que generamos entre colegas, las terapias alternativas y sicológicas, son muy necesarias para estar bien y seguir impactando positivamente en los niños», dijo la docente.

Por lo anterior, no cualquier profesional está calificado para ser parte de la Aula Hospitalaria. Según comentó la directora Cisternas, «todos los profesionales, profesoras y sicólogos, son escogidos con ‘pinzas’, ya que tenemos una metodología de trabajo súper sensible por el tema de los niños».