Logo de la página

Menú Principal
25 de abril de 2022

UN ADIÓS TRAS SERVIR MÁS DE 40 AÑOS EN EL HOSPITAL REGIONAL

Anita Dahmen caminó por última vez hacia el reloj marcador de su trabajo. Medio centenar de ojos la siguieron en este acto tan trivial que casi 3 mil funcionarios realizan a diario en el Hospital Regional de Antofagasta.

Sonrisas, emoción, aplausos, vítores y, al final, muchos abrazos entre lágrimas. Así fue la despedida a una auxiliar de la salud que por más de 40 años compartió su alegría y buen humor con varias generaciones de trabajadores del icónico recinto médico.

Llevaba tres años trabajando en el Hospital Regional de Antofagasta por Plan de Empleo Mínimo (PEM) de la dictadura de Pinochet cuando a Anita Dahmen le ofrecieron un contrato definitivo en el recinto médico. Eso fue el 01 de noviembre de 1982. Pudimos precisar ese dato porque ella recuerda perfectamente la fecha.

Su llegada como auxiliar de servicios al HRA no fue por azar. Varios integrantes de su familia ya trabajaban en el recinto médico en la década de los 80. Tías paramédicas y administrativas asentaron la tradición de familia hospitalaria.

Durante 28 años recorrió los pasillos y pabellones del piso de cirugía del otrora Hospital Regional de Antofagasta de avenida Argentina. Allí dice, convivió a diario con historias de alegría, pero también de mucho dolor.

De ese periodo se queda con las innumerables gracias que recibió de familiares y pacientes, como también de los lazos de cariño con sus compañeros, con las cuales aún mantiene contacto.

Una enfermedad la sacó de su querido servicio de cirugía y la obligó a cambiar de área para colaborar como auxiliar de servicios en Salud del Personal. Este cambio fue la oportunidad para adquirir nuevos conocimientos en la parte administrativa y de gestión del hospital, como también para convertirse en casi la “mamá” de nuevas generaciones, una verdadera inyección de energía y alegría, nos confiesa.

“Aquí me encontré con muchos lolos, yo me ubico en mi edad, pero igual uno se siente juvenil”, dice. Y mucho hay de cierto en sus palabras porque el día de la entrevista a su alrededor había mucho alboroto de gente joven bromeando con ella y haciendo muecas de complicidad.
“Mis compañeros son como mi familia, algunos me dicen que espero dos años, que mejor no me vaya aún, a ratos igual me da un poco de pena, pero les explico que ya es tiempo de comenzar un nuevo proceso”.

Marcar su salida por última vez en el Hospital Regional, nos relató Anita Dahmen, es el inicio de una nueva vida con su familia: con su esposo que ya no tendrá que esperarla hasta la noche para verla y con su hija, con quien espera vivir momentos cotidianos que antes no pudo permitirse.